Los públicos objetivos del programa de evaluación de RCVT
Dentro del variado universo de individuos que inician o continúan la práctica regular o eventual de actividad física, es preciso distinguir, para cada caso,
- la condición en que cada uno se encuentra al momento de comenzar
- el tipo de actividad, el tiempo dedicado, la intensidad y la frecuencia con que se ejercita
- las expectativas de logros a futuro y su asequibilidad
La correspondencia biunívoca entre estos tres componentes, que sólo puede obtenerse de un modo individualizado no generalizable, cifra el éxito del ejercicio continuado.
La línea de salida
Al momento de la evaluación del RCV se examina a hombres y mujeres que cumplen con una o varias de estas condiciones:
- van a realizar una actividad física extra que puede ir de moderada a intensa
- realizan –tienen una historia de– una actividad física que puede ir de moderada a intensa
- no realizan una actividad física mínima o llevan una vida sedentaria
- tienen antecedentes propios o familiares de enfermedad cardiovascular (coronarias, arritmias, insuficiencia cardíaca, HTA, valvulopatías, )
- tienen antecedentes propios o familiares de otras enfermedades que implican o pueden suponer RCV (respiratorias, renales, cerebrovasculares, diabetes mellitus, hematológicas, etc.)
- poseen síndrome metabólico
- mantiene estilos de vida que conllevan implícito al RCV:
- sobrepeso
- sedentarismo
- colesterol elevado
- tabaquismo
- consumo de alcohol
- abuso de estimulantes, antidepresivos, ansiolíticos
- estrés
- anorexia
- son mayores de 40~50~60 años
- van a someterse a una intervención quirúrgica
- enfrentan un proceso post traumático
La verificación de más de una de estas situaciones, si no es advertida a tiempo, aumenta de manera geométrica las posibilidades de ocurrencia de un evento cardiovascular de magnitud cuando menos se lo espera.
En una enumeración comprensiva –aunque incompleta– de lugares que congregan a personas con intereses comunes vinculados a estas prevenciones podemos considerar a los siguientes grupos que representan una oportunidad de llegada para los mensajes de difusión de las necesidades de evaluación del RCVT:
- Instituciones deportivas (clubes) donde se realiza actividad de moderado y alto rendimiento
- Escuelas especializadas de disciplinas físicas (de fútbol, natación, basquet, artes marciales, pilates, etc.)
- Instructorados de educación física y disciplinas afines
- Escuelas primarias, secundarias, terciarias, universidades
- Instituciones deportivas de recreación
- Gimnasios e institutos de cuidado físico
- Estadios, campus y sitios de reunión para la contemplación de prácticas deportivas
- Entes y organizaciones estatales en todos los ámbitos
- Organizaciones empresarias y profesionales
- Centros de asistencia médica (consultorios, salas de urgencia, internación, salas de espera, unidades especiales)
- Asociaciones y organizaciones que nuclean a profesionales vinculados con el deporte (traumatólogos, kinesiólogos, fisiatras, reumatólogos, neumonólogos, profesores de educación física, psicólogos)
- Espacios en los medios de comunicación masiva relacionados de manera directa e indirecta
- Sitios en internet consultados por personas que representan grupos de interés
La campaña de difusión e imposición del servicio UERCVT como producto supone la gestión ordenada de una cadena de eventos que se encaminan hacia la creación de una imagen mental pregnante en los públicos objetivos de los mensajes.
Más allá de los públicos mencionados en la enumeración, el alcance debe ampliarse al resto de la población susceptible de experimentar RCV, como se ha mencionado.
Así, por caso, es relevante el abordaje específico de segmentos con RCV potencial como los de personas en etapa adolescentes y adulta con trastornos alimentarios moderados a severos; grupos con vida social profusa y elevado consumo de tabaco, alcohol, estimulantes diversos (hay un velado exceso en la ingesta de cafeína en diferentes presentaciones), etc.
El componente común de la población que se puede alcanzar refiere a personas que puedan encontrarse ante un eventual RCV; la actividad física, en todo caso, es un doble agente que puede comportar riesgo y beneficios según se mire.
Pese a que la focalización se efectúa sobre las personas que practican deportes o realizan algún tipo de actividad física extra, una perspectiva inversa plausible permite visualizar a un grupo igualmente numeroso y con tanto o mayor RCV, que es el de las personas que no llevan a cabo ejercitación alguna, y por tanto son más propensas a sufrir los efectos propios derivados de los factores de riesgo enunciados.
La toma de conciencia de los peligros de la vida sedentaria acompañada de costumbres que conspiran contra la salud, puede inducir a esta población a la realización de una ERCVT cuyos resultados la animen a modificar tales conductas y comenzar una rutina de ejercicio, lo que, una vez estimado el plan de acción, requerirá de nuevas pruebas previas a la puesta en marcha.
Abordar a esta población, además de ampliar el universo de público objetivo, puede significar una progresión hacia el incremento adicional de personas que complementan su estilo de vida con actividad física controlada, en tanto y en cuanto se comprometa a sus integrantes en la práctica dentro de un plan integral de cuidados de la salud.
La sucesión ACIDAS
En materia de comunicación encaminada a la consecución de conductas proactivas se reconoce una secuencia consecutiva de sucesos en la audiencia, que se sintetiza en las siglas ACIDAS, y que comprende a la generación de:
- Atracción
- Confianza
- Interés
- Deseo
- Acción
- Satisfacción
La atracción de la atención, acompañada de la infusión de confianza, genera el interés de las personas en lo que se les ofrece; cuando ese interés es significativo, causa el deseo de consecución que motiva a la acción que se busca; la sucesión se completa con la satisfacción de las expectativas iniciadas por el primer movimiento en una rueda virtuosa.
El éxito en la eficacia de la comunicación se sustenta en la formación ordenada de tales percepciones en la mente de cada individuo y en el tejido social, y comienza con la creación y el fomento de una disonancia cognitiva (una discrepancia evidente entre la situación actual y unos objetivos futuros óptimos más amplios) que perturba al estado de inercia.
Las imágenes se construyen sobre la base de que es la persona quien puede darse las mejores razones para cambiar hacia un contexto superador: aumentar su impresión de capacidad para hacer frente con éxito a los problemas, ayudarlo a identificar sus fortalezas y debilidades, es clave.
Los motivos de la motivación
Si bien todas las personas se declaran favorables al cambio, en los hechos, si no son bien orientadas y alentadas, ofrecen una resistencia extra a la que ya acarrea la propia inercia cultural.
Para alterar costumbres y conductas es necesario avanzar de manera progresiva.
La Rueda del Cambio –un esquema de progreso paulatino y recurrente– tiene diferentes fases que ameritan abordajes distintos:
- Despreocupación: la persona no es consciente de los riesgos ni de la existencia de los problemas y, por lo tanto, no busca ayuda no tiene motivos para cambiar su estilo de vida, cuando no se pone a la defensiva frontal y los niega.
- Contemplación: el descubrimiento de los riesgos y de la posibilidad de problemas llevan a la toma de conciencia ambivalente; la persona acepta y rechaza su existencia, del mismo modo que considera y descarta la necesidad de cambiar; la ausencia o carencia de conocimientos eficientes deterioran la adaptación y entorpecen el abordaje eficaz de los problemas.
- Determinación: en algún punto, la ambivalencia se resuelve con la decisión de llevar adelante cambios de dirección que comienzan a traducirse en actos concretos; el individuo se predispone a mejorar, aunque aún no sabe muy bien cómo.
- Acción: cuando la determinación es firme, el individuo modifica condiciones y conductas, momento en que se inicia el cambio efectivo; una de las señales más motivadoras en esta etapa es la sensación de control y la visualización de la factibilidad de alcanzar las metas propuestas.
- Mantenimiento: en la medida en que nota logros parciales, la persona se esfuerza por no perder lo que va consiguiendo; adopta conductas generadoras de equilibrio en el estilo de vida y las maneja con la finalidad de conservarlo.
- Consolidación: esta fase es siempre algo ilusoria, porque supone la salida permanente de los riesgos y los problemas, meta que sólo puede cumplirse de manera parcial y transitoria.
- Recaída: ya sea de un modo ocasional o permanente, el individuo nota que no puede mantener los logros, pierde la motivación, baja la autoestima, disminuye o abandona la pelea por el cambio y retorna a las conductas dañosas; incumple las indicaciones y las propias exigencias, en tanto no puede manejar los aspectos más triviales del régimen de rutinas saludables.
La meta básica de la campaña es poner en marcha esta Rueda, tratar de mantener el movimiento, y evitar que se desvíe o se detenga, para lo cual es elemental encontrarle una dirección y un sentido.
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