Imagen e identidad LAG
La naturaleza propia de las prácticas en consultorios evoca a una serie de imágenes asociadas en sentido amplio a su objeto, a través de señales de valor constantes y significativas que identifican a los actos médicos.
Las personas que constituyen el público esencial “sienten” que un consultorio médico debería parecerse a su idea internalizada, fruto del aprendizaje y la experiencia propios.
Los signos de identidad de la marca, en su expresión óptima, recuerdan, aluden, remiten, apuntan y reconstruyen en formas físicas esas imágenes mentales.
La imagen de marca
Se hace preciso emplear las herramientas esenciales para tratar de hacer coincidir en un todo homogéneo, coherente y consistente a:
- la identidad institucional: los atributos asumidos como propios
- la realidad institucional: los rasgos y condiciones objetivas transferibles
- la comunicación institucional: los mensajes conscientes e inconscientes efectivamente emitidos
- la imagen institucional: la representación en el registro público-social
La tétrada identidad-realidad-comunicación-imagen conforma el capital sobre el que se fundamenta el valor de la marca.
La imagen de marca resulta de la combinación mental, individual y social, de la identidad (los valores intangibles), la realidad (los atributos objetivos) y la comunicación (las representaciones transferibles de lo cualitativo y lo cuantitativo).
Enfoques convergentes
La percepción se nutre de estímulos, pero la sensibilidad y la respuesta a esos estímulos está filtrada y tamizada por el conocimiento adquirido, el conjunto de nociones que ha dejado huellas más o menos profundas en la mente.
La imagen futra de lo que es LAG será una construcción mental compleja, formada por:
- lo que pensamos que es
- lo que decimos que es
- lo que mostramos que es
- lo que los otros piensan que es
- lo que los otros dicen que es
- lo que los otros perciben que es
Punto de partida
El deslizador de imágenes muestra la configuración básica de la marca LAG –isotipo/logotipo/descripción– en variantes de valor y de color para conseguir una primera aproximación visual al modo en que lucirá en distintas situaciones eventuales.
Del estudio de las comparaciones del funcionamiento en entornos cambiantes surgen:
- Las correcciones ópticas y compositivas necesarias para optimizar los signos
- Las limitaciones de uso a tener en cuenta para mejorar el desempeño
Estas observaciones nos permiten evolucionar hacia la marca definitiva y establecer las modalidades de aplicación según el medio, el soporte, el tamaño relativo, la distancia de visualización, la velocidad de desplazamiento relativo, y otras variables esperables.
El lenguaje visual
El uso de la marca como lenguaje icónico capaz de enriquecer la comunicación cumple diversas funciones especializadas que se organizan en un orden jerárquico variable.
Las más esenciales pueden resumirse en 6 tipos básicos:
- Funciones referenciales-denotativas, representativas-simbólicas, cognoscitivas-informativas, presentes en cualquier acto de la comunicación, permiten reconocer las relaciones entres los mensajes, los referentes externos y el contexto a través de la univocidad, la objetividad y la unicidad de los significados, sin realizar valoraciones y sin buscar reacciones específicas.
- Funciones expresivas revelan, exteriorizan y denotan las sensaciones emocionales psíquicas y físicas(sintomáticas) de quien emite, representadas por medio de mensajes organizados para aludir al sujeto emisor, la organización en sí.
- Las funciones conativas o apelativas, en oposición a las expresivas, se centran en los receptores para tratar de influir sobre sus conductas –como sucede al preguntar, al invitar, o al dar una orden– mediante todos los recursos retóricos disponibles para guiar su voluntad
- Las funciones metalingüísticas se enfocan en los códigos utilizados para comunicar –la imagen de la marca– con el objetivo de referirse al conjunto de signos sistematizados.
- Las funciones estéticas determinan a las formas de los mensajes y de los signos que los constituyen mediante instrumentos especializados.
- Las funciones fáticas o de contacto se ordenan en torno a los canales de comunicación para iniciar, continuar, interrumpir o pausar y finalizar las transacciones de mensajes de manera óptima, sin proporcionar mayor contenido informativo.
La dualidad representativa
La marca se expresa a través de un sistema complejo y plural de códigos, signos y significados, un lenguaje que trasciende al estímulo básico.
El lenguaje de la marca es al mismo tiempo:
- Verbal: utiliza un sistema simbólico de lexemas construido mediante reglas gramaticales de carácter social y evolutivo para realizar transacciones habladas y esctitas.
- No verbal: emplea un repertorio más amplio –cuasi infinito– de recursos sensoriales para transmitir mensajes enriquecidos que no caben en los límites de los intercambios verbales.
La sinergia de los signos
De la combinación de ambas modalidades surgen señales que se regulan, controlan, enfatizan, atenúan, refuerzan, sustituyen, contradicen y dinamizan entre sí para dar lugar a una expresividad más vasta.
El lenguaje de la marca se propone en simultáneo formar, informar, persuadir, atraer, interesar, regular, controlar, motivar, expresar, inducir, llamar la atención, satisfacer, fascinar y seducir.
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